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Desde Madrid os traemos la reforma de este apartamento de 70m2. Un inmueble de los años 50 que cambió sus cinco habitaciones y un estrecho pasillo por un espacio diáfano en el que conviven las zonas comunes y dos dormitorios amplios con dos baños incluidos. Y no solo esto. Ahora la imagen es la de una casa muy actual, con mucha luz y un estilo elegante gracias al uso del blanco y negro en cada una de sus estancias.
¿Y quiénes son los responsables del proyecto? El estudio madrileño Millenium Architecture.
El objetivo principal de la reforma fue la redistribución de los espacios y la eliminación de particiones. La antigua vivienda contaba con demasiadas habitaciones, lo que hacía que cada una de ellas fuera pequeña y estuviera poco iluminada. Los arquitectos decidieron formar un espacio común, donde ubicaron el salón y el comedor. Un espacio en el que la elegancia sería la principal característica.
Junto al salón podemos ver la mesa de comedor, que sigue el mismo estilo minimalista que el resto de las estancias. Todo se diseña pensando en definir un espacio sencillo y elegante. Algo que se aprecia en el cuidado máximo de los detalles, como la combinación tan perfecta entre el pavimento de roble teñido en nogal oscuro a juego con las puertas.
La reforma ha dado como resultado dos únicos dormitorios. ¡Pero vaya dos dormitorios! En contraposición a las pequeñas habitaciones del antiguo apartamento, ahora los dormitorios son grandes, están bien iluminados e incluyen, cada uno, un baño en su interior.
El juego de texturas, colores y materiales fue una de las herramientas que usaron para dar forma al proyecto. Era importante dotar al espacio de carácter y definir un estilo actual y sofisticado. Por eso el dormitorio se llena de textiles muy diferentes y de texturas agradables, pero siempre siguiendo una combinación de colores bien marcada: grises, blancos y negros.
Siguiendo el ritmo del resto de la vivienda, el baño usa los mismos colores que veíamos anteriormente. Incluso pretende olvidarse de que es un baño y utiliza una lámpara pensada para un gran salón. De esta forma el cuarto de baño se convierte en una estancia más de la vivienda y adquiere la elegancia que iban buscando los arquitectos.
Para sacar los pies del plato, la cocina cambia completamente de tono, de color, de estilo. Ahora no predomina el negro y el blanco, pero sí la madera clara y el aluminio. La elegancia ya no es el único objetivo, sino también la funcionalidad y el definir un espacio acogedor en el que de gusto cocinar.
