Hoy les traemos otra renovación del Estudio Nicolás Pierry que combinó con maestría, una de sus especialidades, piezas clásicas con un look contemporáneo. La familia dueña de este espacio había intentado crear un living comedor que cubriera sus necesidades físicas y que tuviera una estética en la que sus muebles de estilo pudieran convivir con un estilo decorativo moderno y actual.
Al darse cuenta de que el espacio no estaba resultando como lo querían, contrataron a los talentosos profesionales de este estudio quienes vinieron al rescate redefiniendo todo el proyecto y llevándolo a una exitosísima y muy lograda conclusión. Acompáñennos para conocer más.
El color azul fue el elegido por esta familia como el más importante de la paleta. Sus muebles de estilo como cómodas vitrinas y el juego de comedor si bien combinaban entre sí, no lograban reinventarse en clave actual, para darle al living comedor ese aspecto clásico contemporáneo que los comitentes deseaban.
Se conservó el juego de comedor de estilo pero se retapizaron las sillas para adaptarlas mejos a una paleta neutral que se trasaladó a las paredes y también a los muebles del living en tonos arenas, vainillas y champagne. Los demás muebles no servían para el espacio y fueron sustituídos por piezas de líneas más modernas, por llamativas lámparas colgantes.
Sin siquiera un plan de acción y habiendo quedado el comedor a medio camino, el living parecía destinado al fracaso. El espacio si bien chico, contaba con una buena ventana y mucha luz natural. Era urgente tomar decisiones y crear un espacio que conviviera con el comedor en armonía.
Los livings estilo clásico contemporáneo suelen tener un nivel de sofisticación muy elevado y este no fue la excepción. Rescatanto el azul de la paleta inicial, se compraron cortinas en este tono. El mueble de la TV se hizo a medida, en un diseño de líneas modernas que sirvió para múltiples propósitos. El resto de los muebles del living también se realizaron todos a pedido.
El living comedor se integró visualmente de manera perfecta, con un diván que funcionó como límite físico entre los dos espacios y una alfombra oscura que separó al living del comedor. Las dos lámparas colgantes gemelas, contribuyeron a darle identidad a cada uno de los ambientes integrados.
Los géneros elegidos para las tapicerías presentaron diferentes texturas y brillos, a juego con los colores de las paredes más toques de blanco. La idea era crear un espacio donde la familia pudiera compartir con los amigos dentro de un entorno elegante, pero sin pretensiones.
El espacio destinado a la TV resultó prácticamente una sala multimedia por derecho propio. El diseño del mueble hasta contempló nichos para adornos con iluminación, así como espacio de guardado con puertas abatibles y lugar para la TV hecho perfectamente a medida.
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