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Elegir el mejor suelo para tu cocina no es una decisión que debas tomar a la ligera. Para hacerlo es importante que tengas en cuenta muchos factores, más allá del estético. Recuerda que este espacio, la cocina, es tal vez el que más tránsito de personas recibe y, por lo tanto, el que más mantenimiento y limpieza necesitará.
Deberás elegir un tipo de material que sea resistente a manchas, salpicaduras de agua y fluctuaciones de temperatura. También deberá ser un suelo seguro, a prueba de resbalones y accidentes. Sin embargo, esto no quiere decir que debas resignarte a algún material práctico, pero que no cumpla tus requerimientos estéticos. Es posible encontrar el suelo perfecto, ese que sea bonito pero también resistente y funcional.
También deberás considerar el tamaño de la cocina y el presupuesto que tienes disponible. Felizmente actualmente encontrarás distintas alternativas a precios más que accesibles. En este artículo compartimos los criterios fundamentales que debes tener en consideración cuando busques el mejor suelo para cocina.
Los suelos laminados en muchas ocasiones imitan el aspecto de la madera, pero resultan más económicos y sencillos de mantener y limpiar. Su instalación requerirá la asistencia de expertos para que las juntas queden perfectas. Eso sí, los suelos laminados pueden rayarse con más facilidad que otros materiales.
Si buscas un material duradero y que sea sencillo de limpiar, los suelos de cerámica son una gran alternativa. Son impermeables y no suelen rayarse fácilmente, características que hacen que los suelos de este material sean uno de los favoritos para la cocina.
La madera es tal vez de los materiales más deseados a la hora de elegir un suelo para cocina. Transmite calidez y elegancia al mismo tiempo y pueden ponerse en cocinas de estilo americano, por ejemplo. Su costo suele ser elevado y requiere bastante cuidado y mantenimiento.
Entre las opciones más económicas para suelos de cocina tienes los suelos vinílicos y los hidráulicos. Los primeros vienen en rollos y en lamas. Son muy fáciles de instalar, solo necesitas las medidas precisas de la cocina. En tanto que los suelos hidráulicos le darán un aire vintage muy original al ambiente. Si eliges este material, deberás tratarlo para prevenir que absorba manchas.
Si eliges instalar suelos de cerámica o de gres en tu cocina, opta por piezas de gran tamaño lo que se traduce en menos juntas y, por supuesto, hacer que la limpieza sea más rápida y menos laboriosa.
Si vas a hacer cuentas, debes saber que entre las alternativas más económicas tienes los suelos laminados, hidráulicos y vinílicos. Estos últimos tienen la apariencia similar a la de otros materiales y son altamente resistentes y puedes colocarlo sin inconvenientes sobre otros suelos.
Si eliges piedras, ve al granito, la pizarra o el mármol. No son las opciones más económicas pero sin duda las más resistentes y te durarán años. Y recuerda que tanto el mármol como el granito requieren tratamiento previo y deben ser pulidos para mantener el aspecto del primer día.
Si te gustan los materiales naturales, un suelo de piedra también es una opción. Además resulta muy elegante en especial si van en combinación con el resto de mobiliario de la cocina. Al igual que la madera, no se trata de un material económico.
A la hora de elegir el color para tus suelos de cocina, las posibilidades son infinitas. Si eliges materiales naturales como la piedra, por ejemplo, busca tonos oscuros como pizarra verde, gris o negra.
Si lo que buscas es un material que se limpie fácilmente y que, sobre todo, resista a los golpes y salpicaduras de agua constantes en este ambiente, puedes elegir el suelo porcelánico. Otra ventaja: podrás elegir entre distintos diseños que asemejan materiales naturales como la piedra o la madera.
Una cocina de líneas clásicas siempre va bien con un suelo de materiales naturales que, además, son resistentes, impermeables y fáciles de mantener.
Si te gustan los suelos hidráulicos, pero no quieres instalarlos en toda la cocina, prueba a hacerlo solo en una zona, como si se tratara de una alfombra. Puedes delimitar la zona con un material antideslizante.
