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Les Olives es uno de los ejemplos de las casas b-Patio que construye el estudio de arquitectura B-House. Como su nombre indica, se trata de una vivienda unifamiliar con patio, sin embargo, se diferencia del resto por su peculiar diseño y construcción. De madera contralaminada vista y preocupada por el medio ambiente, esta casa no solo cuenta con un sistema estructural resistente y aislante, un sistema constructivo que reduce las pérdidas de energía hacia el exterior y un diseño que disminuye el consumo de sistemas activos, también ofrece unos tiempos de ejecución más rápidos y unos materiales que pueden ser reciclabes y reaprovechables. Cada uno de los proyectos se adapta, no solo a las necesidades de los clientes, sino también al emplazamiento donde van a construirse. En este caso, a una parcela situada en un pequeño pueblo de la comarca del Baix Empordà. Lo descubrimos a continuación a través de la siguiente selección de fotografías.
Situada en una zona limítrofe entre lo rural y lo urbano, la parcela donde se construyó Les Olives estaba rodeada a un lado por construcciones y una vía pública y, al otro, por los campos y cultivos que rodean al núcleo de población. Sin dudarlo ni un segundo, se optó porque la casa diera la espalda a la calle y se orientara al paisaje verde, al que abre vistas a través de grandes ventanales. Otra de las peculiaridades del lugar era la presencia del viento del norte. Por este segundo motivo, la casa se recoge en esta fachada y se abre al sur a través de un patio.
El patio marca la distribución de los espacios y permite que las estancias interiores estén completamente iluminadas de manera natural. La presencia de este gran atrio verde permitió que la casa no se entienda como una construcción sobre una parcela, sino como la secuencia de patios, abiertos y cerrados, donde la relación entre interior y exterior está siempre presente.
Debido al desnivel de la parcela, la casa se construyó con dos niveles, estableciéndose el acceso, tanto rodado como peatonal, por planta primera.
Ambos niveles quedan comunicados por una escalera lineal de madera. En planta primera, se dispusieron el uso menos doméstico: el estudio, equipado con un cuarto de baño y una cocina. En planta baja es donde se proyectó la parte principal del programa: la zona de día con salón, cocina y comedor y la zona de noche, con dos habitaciones y un baño.
Una de las piezas que abraza al patio es la zona de día, abierta al exterior por sus dos lados longitudinales. Aquí se dispusieron todos los usos de carácter público de la casa: la sala de estar, el comedor y, al fondo, la cocina. Sin necesidad de diferenciar ambientes mediante particiones, son las piezas de mobiliario y los propios elementos funcionales los encargados de poner orden. En cuanto al diseño, se procuró que la sencillez reinara en la escena, incorporando el menor numero de elementos y dejando que la propia arquitectura de la casa aportara belleza con su esencia natural y sincera.
En el exterior, los paneles de madera están revestidos por un aislante para evitar pérdidas térmicas en el interior. En el interior, sin embargo, la madera queda vista y toma protagonismo de los paisajes. La casa se llena de calidez y sencillez visual, evocando el estilo de los países escandinavos. La paleta de colores introducida por las piezas de mobiliario elegidas encaja a la perfección en el paisaje, inundando de tonos neutros.
Desde la planta primera donde se produce el acceso se tiene acceso a la cubierta de la planta baja, diseñada para ser habitada como un espacio interior cualquiera. La vegetación rodea el perímetro y acompaña a las zona pavimentadas de esta azotea, desde donde las vistas al paisaje son inmejorables.
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